Las luxaciones son generalmente causadas por un impacto súbito en la articulación a causa de un golpe, una caída u otro traumatismo. Los síntomas más comunes de una articulación luxada son el entumecimiento y hormigueo en la articulación o fuera de ésta, la sensación de dolor intenso, si se tratan como es debido, la mayoría de estas lesiones no son permanentes.
Nosotros en primer lugar, nos centraremos en mitigar el dolor y para reducir el dolor, podemos utilizar electroterapia, masaje descontracturante y, muy importante también, el tratamiento postural.
La segunda parte del tratamiento, por lo tanto, va dirigida a aumentar la amplitud de las articulaciones afectadas, recuperar la estabilidad y reforzar la musculatura. Llevaremos a cabo tanto la movilización pasiva como activa, frecuentes terapias que nos permitirán devolver la seguridad de movimiento y la estabilidad a la articulación dañada.